Bueno, estos días no sólo he estado terriblemente enganchada al libro de Theodore Millon "Trastornos de la personalidad en la vida moderna" que, por cierto, voy a tener que idear cómo apropiarme de él de manera indebida y sin la autorización de su vendedor, puesto que vale 110'20€ (para que luego digan que no hay censura, y encima en la cultura: la censura de los precios!). Lo recomiendo, aunque cabe decir que en estos días, mientras lo leía y releía, me ha dado la sensación de que tenía todos los trastornos habidos y por haber. ¿No os pasa? Lees algo y dices: ostras, esto lo tengo yo! Otra cosa..: esto lo tengo yo! Qué ansias por encajar en todo cuadro clínico! En fin, al final, creo que lo que tengo es un trastorno histriónico de la personalidad, concretamente el estilo expansivo, ¡y de manual!
Monjas, Vibradores, Orgasmos e Histeria
Etimológicamente, histeria vienel griego hystera, que significa útero. La histeria ha pasado por siglos de historia y ha sido atribuída esencialmente a mujeres, disgnosticándose a menudo en vírgenes, monjas y viudas. ¿La terapia? El coito si estaba casada, el matrimonio si estaba soltera y el masaje pélvico o de clítoris para las monjas devotas hasta alcanzar el orgasmo, que sería lo que para Freud "hacer consciente lo subconsciente".
Y ahora copio del Wikipedia, porque no tiene desperdicio:
Durante la década de 1890, época en que hubo una epidemia de histeria,los médicos creyeron encontrar el medio efectivo para calmar la enfermedad: el uso de vibradores y consoladores; desde antiguo se conocía el mal suponiendo que todo partía de lo que los griegos llamaron útero ardiente debido a la ansiedad de las mujeres, su estado de irritabilidad, las fantasías sexuales y, sobre todo, una excesiva lubricación vaginal. Lo achacaban al estado de frustración en que se encontraban.Al ser una enfermedad, las mujeres acudían periódicamente a recibir tratamiento médico, dándose así por aceptada la práctica y encontrando en muchas ocasiones en la consulta lo que no conseguían en su casa. Aquí hay más!!http://es.wikipedia.org/wiki/Histeria_femenina
En realidad esta éxplicación- si la entendemos dentro de su contexto - es bastante genial a mi modo de ver, puesto que sería un anticipo a lo que más tarde vendría a ser el efecto hormonal. Sabían que "algo pasaba ahí"....!
Teoría del "útero viajero"
Voy a copiar literalmente un texto que sale en el libro de Millon que me ha parecido muy curioso e interesante, para compartirlo con vosotrxs!! Es el siguiente:
Los orígenes de Ia histeria se encuentran profundamente arraigados en laa historia de naturaleza humana. Tal como ya saben todas las mujeres y la mayoría de los hombres, estos no entienden a las mujeres. Pero además, los hombres no pueden entender por qué no entienden a las mujeres. En vez de seguir intentándolo, han creado síndromes diagnósticos que contienen aspectos de la conducta femenina que para ellos son especialmente sorprendentes.
Como la historia de la humanidad ha estado dominada desde siempre por los hombres, quizá no deba sorprendemos que la histeria fuese uno de los primeros trastornos mentales descritos. Para los antiguos griegos, la histeria estaba causada por un útero viajero y aberrante que podía soltarse, viajar por el cuerpo y llegar al cerebro, produciendo excesos comportamentales que, como es natural, la mayor parte de los hombres temían, tales como el descontrol emocional y la lujuria femenina.
Así pues, la histeria recogía la creencia masculina de que todas las mujeres están locas o, por lo menos, que constituyen casos subclínicos que con facilidad se exacerban con algún comentario o mirada no intencionada.
Finalmente, la gloria de las antiguas civilizaciones de Roma y Grecia desapareció. En la Edad Media el mundo se entendía a través del paradigma religioso. La fe en Dios compensaba los malos tiempos por los que pasaba la humanidad, incluyendo el hambre, la enfermedad, las epidemias de peste y la guerra. Para hacernos una idea, una tercera parte de la población de Europa fue aniquilada por la peste negra. Las personas buscaron explicaciones para estas calamidades. ¿Cómo podían producirse estas catástrofes si Dios era justo y amoroso? Una vez más, las mujeres tenían la culpa. Todas las que vivían al margen de las normas sociales se convertían de inmediato en cabezas de turco y se las “diagnosticaba”, según la moda de la época, como brujas confabuladas con el diablo. Mediante la brujería estos seres diabólicos podían invocar a las fuerzas responsables de las plagas, la mala suerte y, lo peor de todo, de la impotencia. Al final la expansión de esta creencia en las brujas encontró respaldo religioso en el Malleus Maleficarum o Martillo de las brujas, escrito por dos monjes alemanes en 1496, una especie de versión a lo Stephen King de nuestro moderno DSM completado con su propia forma de terapia: la hoguera.
Aunque la caza de brujas finalmente cesó, parece ser que cada época desvela algún síndrome nuevo que sólo afecta a las mujeres. Nuestro contemporáneo trastorno disfórico premenstrual puede constituir el paralelismo moderno, la idea de que los ciclos femeninos causan problemas psicológicos. Aunque muchas podrían admitir cambios emocionales y conductuales relacionados con su periodo menstrual, las mujeres pueden defender también que estos cambios ocupan sólo unos pocos días al mes, mientras que un pene altera la conducta de los hombres la mayor parte del tiempo. Resulta curioso que la historia no recoja en ningún momento la existencia de un pene viajero aberrante que pudiera desprenderse, alojarse en el cerebro y distorsionar la percepción para explicar de este modo la conducta antisocial entre los hombres.
La Histeria según Freud
Desde una perspectiva psicodinámica, la neurosis es entendida como resultado de una histeria de conversión donde los estados de intensa excitación emocional se somatizan, se manifiestan mediante síntomas físicos debido al uso recurrente de la represión como mecanismo de defensa. La solución sería pues, devolver el recuerdo (trauma infantil sexual) a la conciencia mediante la hipnosis, método con el que se generaba un estado de catarsis, de descarga emocional, que permitía recordar los acontecimientos excluidos activamente de la conciencia y que, según Charcot, servía para comprender pero no para curar.
En 1980, en el DSM III se describe por primera vez la personalidad histriónica, que pasa a sustituir la antigua y sexista personalidad histérica psicoanalista. Y aunque el término "histeria" se usa todavía, no es reconocido oficialmente.